El acné vulgar es quizás el trastorno dermatológico que más preocupa a los jóvenes.
En muchos casos, su persistencia da lugar a una visita al dermatólogo.
Al mismo tiempo también es uno de los motivos más comunes de consulta al farmacéutico.
¿Qué es el acné vulgar?
El acné es una enfermedad de la piel en la cual se pueden encontrar diversas causas desencadenantes. Se manifiesta con alteraciones de tipo inflamatorio e infeccioso en les glándulas sebáceas.
Las zonas más frecuentes de aparición son la cara -especialmente en la frente y en las mejillas- el cuello, la espalda -a veces en los hombros- y el pecho, que son las zonas más grasas del cuerpo.
Causas
La causa del acné no está del todo determinada.
En situación normal, les glándulas sebáceas producen una sustancia grasa, el sebo, que sale a la superficie a través de los poros y se distribuye por la piel.
El sebo es uno de los factores de protección del tejido cutáneo.
En la pubertad y la adolescencia, etapas en las que se producen importantes cambios hormonales, puede aumentar la secreción de sebo y el grosor de la queratina que se encuentra en las paredes del conducto sebáceo. Por este motivo, la salida de los poros puede quedar obstruida y se acumula en la parte más profunda del conducto, el sebo que se forma en exceso y los microorganismos que proliferan de una manera acelerada.
Este proceso favorece la inflamación y la infección de los poros, que puede evolucionar formando pus.
A quién y cuando afecta el acné vulgar
La incidencia más grande del acné se presenta durante la adolescencia, entre los 12 y los 20 años.
Acostumbra a aparecer antes en las chicas -a los 11 o 12 años- que en los chicos. Esta diferencia se explica por la primera aparición de la menstruación.
Pero hay casos de acné en recién nacidos y en adultos, especialmente en mujeres de entre 30 y 40 años. Por otro lado, los casos de acné más críticos se presentan en hombres.
Factores
Los factores hormonales son decisivos en la aparición del acné.
Hay diversos factores que favorecen la formación del acné:
- Genéticos: aunque tiene carácter familiar, no se conoce ningún modelo de herencia ni los factores genéticos determinantes.
- Ambientales: ambientes húmedos y calurosos que favorecen un incremento de la secreción de grasa y el crecimiento de bacterias que facilitan la infección. También el uso de algunos cosméticos grasos, derivados del petróleo, y más raramente las largas exposiciones al sol, pueden incrementar las queratinas y obturar los poros.
- Hormonales: la secreción sebácea está bajo control androgénico. Una hipótesis que explica la aparición del acné es que los andrógenos pueden alterar la queratinización folicular que facilita la aparición del barrillo. El estrés también puede modificar la secreción hormonal de las glándulas suprarrenales y aumentar la producción de andrógenos. El inicio del ciclo menstrual generalmente hace disminuir la secreción de grasa, pero su nivel se incrementa en la mitad del ciclo y las lesiones acneicas se hacen más visibles.
- Alimentarios: en algunos pacientes, tomar productos excitantes como el chocolate, el café, los refrescos de cola u otros alimentos como los embutidos, el marisco o la fruta seca puede favorecer la aparición de brotes de acné. Pero esto no está claramente demostrado, y se tiene que considerar como una respuesta individual, poco frecuente.
Falsas historias
No te lo creas:
- Que es una enfermedad propia de personas poco cuidadosas con la higiene.
- Que para curarlo basta con lavarse con agua y jabón.
- Que si mantienes relaciones sexuales, el acné te desaparecerá.
- Que es una enfermedad infecciosa y contagiosa.
- Que se puede curar tomando el sol.
Consejos
- No te toques nunca los granos, ni te los quieras reventar. Estarás facilitando la aparición de una cicatriz posterior. Pero lávate la zona afectada con un jabón específico.
- Haz una dieta equilibrada.
- Visita al dermatólogo y sé paciente y tenaz a la hora de seguir el tratamiento estipulado.
- No te desanimes, y no pienses que porque tengas granos te querrán menos.